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viernes, 10 de junio de 2016

Ajuste fiscal: El público y el "secreto"




 

Sorpresas al revisar los números oficiales 

Autor: William Yohai
26 de mayo de 2016



Los recientes anuncios del poder ejecutivo en relación a una propuesta de “consolidación” fiscal han hecho muchísimo ruido y generado innumerables horas de radio 1 y video así como ríos de tinta.
No los comentaremos ahora. Lo hicimos el lunes 23 pasado en nuestro programa de radio con los datos disponibles entonces y el poco tiempo que dispusimos para “metabolizarlos”.
Sin embargo al analizar los números de ingresos y egresos del sector público 2 no financiero que informa el ministerio de economía y finanzas hasta marzo último nos llevamos una sorpresa. El cuadro de más abajo refleja un resumen de los datos.





La primera columna de números compara la variación porcentual entre el primer trimestre de este año y el mismo período del año pasado. O sea enero-marzo de ambos años.
La segunda compara el semestre que terminó en marzo de este año (octubre-marzo) con el mismo período que comenzó en octubre de 2014 y terminó en marzo de 2015.
La tercera compara los años que terminaron en marzo. El que lo hizo en 2015 y el que lo hizo en 2016. El mes final de los 3 períodos de tiempo es marzo ya que es el último mes que publica el mef.
Establecimos estos 3 períodos de comparación para evitar las fluctuaciones bruscas que a veces pueden llevar a visiones erróneas y que se dan, sobre todo, al comparar espacios de tiempo más cortos.
De una observación detenida del cuadro saltan a la vista hechos notables:
1) El rubro “ingresos” mantiene una relativa constancia. Las variaciones son menores a 1% excepto cuando se comparan los semestres indicados. Esto parece compatible con el estado general de la economía que resumiríamos como “desaceleración” (hasta 2014) “estancamiento” (2015) y tendencia a la recesión, fenómeno que se empieza a notar sobre todo este año. No hay, obviamente, datos de cuentas nacionales. Los últimos publicados corresponden al último trimestre de 2015. Algunas observaciones que se pueden considerar indicadores “adelantados” apuntan hacia esta última.

2) Los que sí caen son los “egresos primarios”, o sea, los que se contabilizan antes del pago de intereses de la deuda pública. Y lo hacen en forma contundente en cualquiera de los 3 períodos considerados. Y esto sí que es un verdadero ajuste fiscal por el lado del gasto en el sentido más literal del término.

3) El ítem “pasividades” expresa variaciones fluctuantes según los períodos considerados. Sin embargo, teniendo en cuenta que el más valioso de estos es el de mayor duración, el anual, este acápite adquiere gran relevancia. En efecto una modificación a la suba de casi 2% en el rubro implica una gran peso en el resultado fiscal total. Más abajo proponemos un cuadro donde la significación de esta variable queda clara. Al mismo tiempo esta situación explica, al menos en parte, la insistencia del equipo económico en pasar a un régimen de caída de los salarios reales . No debemos olvidar que las pasividades reajustan de acuerdo al índice medio de salarios nominales. Automáticamente al reducir los aumentos salariales se están reduciendo los egresos por concepto de pasividades. La argumentación respecto al no aumento de los salarios reales para “conservar el empleo” no parece más que un justificativo que oculta las razones reales. En el fondo lo que más importa, por lejos, es lo que el presidente Vázquez transparentó en un reciente mensaje emitido por cadena de medios electrónicos: conservar el “grado inversor” que otorgan las agencias calificadoras de riesgo. Estas dan suprema importancia a la reducción sistemática del déficit fiscal para que se libere para el servicio de la deuda pública la mayor cantidad de recursos. Es que el estado debe refinanciar año a año una cifra que oscila entre 6 y 9 mil millones de dólares de vencimientos de aquella. Si la tasa de interés a que se refinancian esos vencimientos se dispara (consecuencia automática de perder el grado inversor) el país entraría rápidamente en una crisis de deuda.

4) La gran sorpresa (para este escriba, al menos) nos la llevamos cuando vimos los números del rubro “remuneraciones”. Obviamente esto último corresponde a salarios reales devengados (pagados) y probablemente esté fuertemente influido por la tendencia a cortar contratos tercerizados o de funcionarios que operan bajo la figura de empresas unipersonales. Inferimos esto dado que no ha existido una, casi imposible por otra parte, ola de despidos de funcionarios presupuestados.
Si optamos por no tomar en cuenta la insólita caída de 21% del rubro entre los primeros trimestres de 2015 y 2016 pensando que pueden obedecer a algún fenómeno coyuntural que se nos escapa nos queda la caída de entre 12 y 13% en los períodos semestral y anual.

Y esto sí que es un bruto ajuste fiscal.

5) No sorprende mucho, en cambio, el, más que caída, despeño, de la inversión pública. Aquí el número más moderado es el que refleja los primeros trimestres de ambos años. La explicación de la enormidad del descenso (entre 28 y 33%) del parámetro en los períodos anual y semestral probablemente se explique porque “capturan” parte del año 2014. Que fue precisamente año electoral cuando según hemos demostrado en algún otro trabajo todos los gobiernos democráticos excepto el de Jorge Batlle procesaron grandes aumentos de la inversión pública.

6) Como no podía ser de otra forma, dada la configuración de la economía que domina el país, en este período de “viento de frente” el rubro del gasto que sube en forma consistente es el del pago de intereses de deuda pública. Debemos reconocer que al analizar aquí sólo el sector público no financiero, o sea, al excluir los pagos del banco central del Uruguay, estos números relativos a la evolución de dichos pagos están, probablemente, inflados. En efecto, el bcu ha procesado a partir de mediados de 2015 y en respuesta al comienzo de una salida de capitales de la economía que provocó un sistemático aumento del tipo de cambio real, una reducción importante (más de 50%) tanto de sus reservas “sin contrapartida de los sectores público y financiero” cuanto de sus obligaciones bajo la forma de letras de regulación monetaria. Este proceso provocó seguramente una caída de los intereses que paga esa institución.

Para mejor cuantificar las variaciones en diferentes rubros del gasto elaboramos el cuadro siguiente 3:


En él éstas se expresan como porcentaje del producto bruto interno. Se observa que los montos son significativos. Los egresos reales totales caen menos que las remuneraciones y las inversiones debido al aumento del gasto en pasividades. Rubro éste extremadamente inelástico, difícilmente modificable desde el poder ejecutivo.

Si lo expresamos en dólares la caída en las remuneraciones suma casi 350 millones. La de las inversiones monta 470 millones. Entre los dos superan ampliamente la “consolidación fiscal” propuesta hace algunos días.

En conclusión el ajuste fiscal que se manifestó por el aumento de tarifas por encima de la inflación a fines de 2015, por una modificación en la liquidación de IRAE por la vía de no permitir ajustes del tipo de cambio y por algunas otras vías de menor repercusión pública, fue apenas una pequeña parte del que transcurrió bajo cuerda y que se transparenta al revisar los números oficiales. A su vez el proceso aquí analizado supera también el que anunció el ministerio de economía hace unos días y que tanto escándalo está provocando.



1 El programa se pude ver en: youtube tipeando “resonando2013”
2 La información se encuentra en: https://www.mef.gub.uy/540/1/mef/informacion-de-resultados-del-sector-publico.html
3 Tomamos datos algo desfasados: la última variación anual disponible, o sea, la que existe entre el año terminado a marzo de 2015 y de 2016 y la contrastamos con el pbi real de 2015. El resultado no es completamente exacto pero seguramente no se desvía mucho de la realidad.

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